28 octubre, 2009

La Mecánica del Corazón


La Mecánica del corazón


no toques las agujas
domina tu cólera
no te enamores nunca

estas son las tres reglas que Jack deberá contemplar si quiere sobrevivir.

Imagina la noche más fría de la historia. La nieve cae sobre la ciudad de Edimburgo. En lo alto de una colina nace el pequeño Jack, el frágil hijo de una prostituta. El bebé nace con un corazón débil y para salvarlo le colocan un reloj de madera al que habrá de dar cuerda: un corazón artificial del que dependerá su vida. La prótesis funciona y Jack sobrevive, pero debe respetar una regla: evitar todo tipo de emoción que pueda alterar su corazón. Nada de enfados, y sobre todo, nada de enamorarse. Pero Jack conoce a una pequeña cantante de ojos grandes, Miss Acacia, una joven andaluza que pondrá a prueba el corazón de nuestro tierno héroe. Por el amor que siente hacia la joven, Jack se lanzará a una aventura quijotesca que le llevará desde Edimburgo a París, a las calles de Granada, haciéndole conocer las dulzuras y durezas del amor.

Recuerda que, como en este cuento para niños grandes, todos hemos sufrido alguna vez por nuestro voluble corazón.


Corazones mecánicos

AbioCor es un corazón artificial fabricado por la compañía Abiomed y que pretende sustituir al corazón biológico por un período de unos 18 meses en caso de que este falle y no pueda ser operado. Está hecho principalmente de plástico y titanio y funciona con una batería interna que se carga mediante un sistema de transmisión de energía transcutáneo de manera que no hay alambres o tubos que penetren la piel y por lo tanto no hay riesgo de infección.

En septiembre de 2004, 14 pacientes fueron implantados con el corazón AbioCor. El estudio demostró que el dispositivo es seguro y favorece a la gente con un paro cardíaco severo en el cual la muerte es segura y para el que no hay tratamientos alternativos disponibles. En algunos casos el dispositivo aumentó la esperanza de vida varios meses, permitiendo a los pacientes pasar un valioso tiempo con su familia y amigos. El primer paciente en recibir el AbioCor fue Robert Tools, al cual se le implantó el 2 de julio de 2001. Vivió 151 días hasta que un accidente cerebrovascular le costó su vida. El segundo paciente, Tom Christerson, las expectativas de vida del cual no superaban los 30 días para los médicos, vivió por 512 días después de recibir el AbioCor, muriendo el 7 de febrero de 2003 por el desgaste de una membrana del corazón artificial.

el chico del paquete de golosinas


“Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora.
Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas personas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados. No tolero a maniobreros y ventajeros.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la lucha por un majestuoso cargo.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos. Mi tiempo es escaso como para discutir títulos. Quiero la esencia, mi alma tiene prisa.
Sin muchas golosinas en el paquete.
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Caminar junto a cosas y personas que valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas.
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan.
Estoy seguro que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Espero que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera llegarás..."

Mensaje de Mario de Andrade (poeta, novelista, ensayista y musicólogobrasileño)

01 octubre, 2009

el que más manda...

"hace muchos años descubrí que hay otra manera de categorizar a los humanos: los que defienden con vehemencia sus pasiones, y los que imponen su criterio con gritos y altas dosis de mal genio

desconozco en qué momento cambiaste a este último grupo, y es muy probable que argumentes que así las cosas te fueron mucho mejor... pero creo que me habría encantado conocerte antes, cuando aún se podría aprender algo de ti"

P.C.