22 septiembre, 2012

11 septiembre, 2012

Traumas, tiestos y otras madejas

Este es el meollo de la cuestión, mi cuestión. Hola, mi nombre es Eva, y tengo miedo al abandono.

El miedo a ser abandonado o dejado es una condición humana. Es un proceso que se vive muy temprano en la infancia, cuando somos seres dependientes y con grandes necesidades de la presencia de los adultos, principalmente la madre.

Si esta desparece por algún tiempo, caemos en pánico y nos sentimos abandonados.

En la infancia es un temor entendible. Pero resulta que ahora tengo veinte, treinta, cuarenta o cincuenta y tantos años y sigo viviendo con un gran miedo a ser abandonado.

Para que no me abandones, entonces, soy capaz de hacer lo que sea para que no te vayas, para que permanezcas conmigo, para que siempre me necesites. - Estoy dispuesto a hacer, decir, vivir como tu quieres, pero por favor, no te muevas de mi lado.
-

O por miedo al abandono me adelanto y abandono yo primero.

09 septiembre, 2012

Mi pecado

He cometido el peor de los pecados, me negué a ser feliz sin ti

Mi pecado es ser cobarde para reclamarte mío

Mi pecado es ser tan osada para creer que tu piel prohibida es mía.

Mi pecado es no saber decirte que no.

Mi pecado es ser el pecado de quien peca y no debe pecar conmigo

Mi pecado es robarle tiempo a todo para estar contigo.

Mi pecado, amor, es desearte en silencio.