21 noviembre, 2006

del 24 de noviembre

por onceava vez, el 24 de noviembre se acerca peligrosamente a mi vida... de nuevo

si no lo pienso, hasta la fecha tiene algo de encanto... noviembre es un mes dulce, que huele a turrón y mazapán, a papel de regalo, al plástico del árbolito de navidad, pero sin el agobio de las fiestas... es el mes que usamos para pensar lo que vamos a regalar a nuestras almas queridas, para decidir con qué plato las sorprenderemos el 25 a mediodía, o dónde vamos a brindar la última noche del año... el frio empieza a colarse por el quicio de la puerta y apetece acurrucarse en el sofá arropados con una buena mantita y acompañados de un buen libro... ese es el mes de noviembre

ese fue el mes de noviembre durante muchos años de mi vida... pero desde hace once años el mes de noviembre se tornó lugubre y tenebroso... hubo unos años que decidí hacerlo desaparecer de mi vida, y contaba los días siguiendo el mes de octubre: 32 de octubre, 33 de octubre, 34 de octubre... y así hasta llegar a diciembre

pero negar los hechos no significa que no existan, ni los hace desaparecer; sólo retrasa el momento de enfrentarse a ellos... y os aseguro que ese momento llega... y a mi me llega en esta fecha... cuando tiemblo pensando en que esa fecha se echa encima de mi, me atrapa, me envuelven los recuerdos, y me inunda un sentimiento de pena tan hondo que a veces no me deja respirar

pienso en lo que pudo ser y no fue... estos días la echo de menos en todo momento... pienso en ella muy a menudo, y en lo que ella pensará cuando me mira desde allá donde está... si será feliz, si estará en paz, si se sentirá orgullosa de mi, o si desde allá arriba podrá cambiar las manijas del destino para que me sonría otra vez...

la extraño hasta que me duele... y sobre todo pienso en por qué se llevo la mía en vez de la de otra... por qué no la puedo disfrutar un día más... y aunque sea un sentimiento gris y oscuro, me fastidia ver a los demás disfrutando de la suya, yendo de tiendas con ellas, o quejandose por algo que hicieron o dejaron de hacer, cuando yo no puedo estar con la mia... cuando voy sóla de compras y veo una madre con su hija las sigo con la mirada, incluso a veces me acerco para oir su conversación, y entorno los ojos y me imagino que somos nosotras, que hablamos de nuestras cosas

pero la realidad es muy distinta... ni siquiera puedo olerla... ni oirla, ni sentirla... tengo que conformarme mirando fotos viejas que ya empiezan a cambiar de color... los que me conoceis sabeis que apenas lloro, que me cuesta mucho llorar, porque tengo callos en los lagrimales de haberlos usado tanto, porque mis ojos se han secado... pero el 24 de noviembre, sin nada más, hace que me desgarre de dolor...

una amiga me diria que ya está bien, que es hora de guardar del mundo mi dolor, y esconderlo debajo de mi piel... y como guerrera, el día 25 de noviembre no me vereis flaquear, seré fuerte de nuevo, y renaceré de las cenizas

pero el dia 24 de noviembre está llegando... y cuando llegue agradeceré que los que me quereis me mandeis un poco de amor por mail o sms, que amargamente compense el que me falta... el dia 24 de noviembre no descuelgo el teléfono... ese día no tengo voz

3 comentarios:

  1. Hola Antonio…



    Me ha encantado detenerme a leer tus líneas… y es que tienes toda la razón; a veces, pierdo el foco cuando esa oleada de sentimentalismo invade mi alma, mi cuerpo, y nubla mi mente… y no me deja ver todo lo que me rodea, la belleza de los seres con los que he tenido la suerte de rodearme, que no solamente me quieren sino que además, me siento una privilegiada porque me han dejado amarles y sentir con ello, todo lo que siento…



    La echo mucho de menos… el dolor a veces es insoportable, y en estos días, se abre siempre el libro por las páginas trágicas de aquellos días tan duros, y los recuerdos se abalanzan sobre mi, y aún no se por qué sólo pasa en esta época del año… que curioso es el ser humano, verdad?



    De todo lo que he leído de tu mail, que leo y releo, lo que más me gusta es que me siento comprendida y muy acompañada… no me siento sola en estos días, y eso, mi amigo, es vital en estos tiempos que corren



    Levantaré mi copa al cielo, la miraré a los ojos, y sonreiré… por ella, por vosotros, pero sobre todo por mi



    Un beso enorme

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  2. no te conozco y me has hecho llorar...

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  3. eva querida,
    poco te voy a contar que tú no sepas o sientas. no llegué a tiempo de mandarte un abrazo el día 24 -ahora no escribo, el tiempo o la inspiración, pero sigo leyendo aunque sea retroactivamente...- y te dejo aquí un beso que sirve para lo que queda de año, y para los... digamos 80 o 90 siguientes, aunque sabes que yo no estaré aquí tanto....

    ahora me llegan a mí los días de "santo" y "cumpleaños", que venían seguiditos en diciembre. y aunque se siente hondo, mi dolor pronto se transformó en un bálsamo dulce que me acompañará siempre siempre, a cada segundo, haga lo que haga y esté donde esté. espero que tú puedas sentir lo mismo...

    besos

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