Me rompiste el corazón hace ya algún tiempo
y aún hay días en que sigo remendando
los jirones para recomponerlo
Hiciste de mi vida un sueño, y de mis sueños, una realidad
y he llegado a odiar el caminar porque tú me enseñaste a volar
Fue terrible tener que aterrizar así,
pero lo hice y me convertí en lo que ahora soy
ahora vivo bajo mi propia ley,
y no me esconderé porque la vida
no me haya tratado bien,
aún soy demasiado joven para dejar de vivir
No puedo renunciar a mi pasado, a esa parte de mi que eres tú
hoy las cicatrices sólo me recuerdan lo mucho que he caminado
pero a quien eso le pueda preocupar le digo
que no juegue con el fuego, el que no se quiera quemar
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