
estoy escuchando a la callas, en "la mamma morta"...
necesito volver a encontrarme dentro de mi, porque creo que me he vuelto a perder... una vez alguien me dijo que la vida en madrid puede ser muy dura, porque está llena de gente que sólo piensa en ella misma, y yo no lo creí... pensé que era una estupidez porque la gente no se conglomera geográficamente en función de su actitud... pero ahora me doy cuenta de que es muy cierto, porque la actitud se contagia, y al final madrid es una ciudad que mucha gente siente de paso (me incluyo entre ellos) y en la que no quiere ni necesita echar raices
la vida aquí se va complicando... he ido elegiendo las cosas, sin hacer caso de la gente que me quiere de verdad, en función de los demás, de lo que creía que necesitaban los demás... una guarderia cerca de la casa de el para que pudiera estar cerca de nico, una casa en un pueblo más lejos que cerca de todo por el mismo motivo que lo anterior, un proyecto que no me llena en una empresa en la que me siento sola y sin apoyo... y al final, que me queda? un montón de decisiones incorrectas y unas ganas enormes de hacer las maletas y seguir huyendo en busca de la felicidad en la que sigo creyendo como el dogma de fe que da un poco de sentido a mi vida: un abrigo para mi corazón
madrid tiene mucho que ofrecer para un fin de semana turístico... no quiero decir ahora que esta ciudad sea la culpable de todos mis males... esa culpa pesa en mi mochila porque he tomado las decisiones inadecuadas desde hace mucho tiempo... y una de dos, o me pongo las pilas y empiezo a velar por mí, o las cosas se van a poner muy feas de verdad
lecciones aprendidas a fuego, grabadas en mi alma, y que jamás tengo que olvidar...
la primera: jamás debí abandonar valencia, por lo menos no de la manera en que lo hice... y aunque él insinue ahora que realmente no dejé nada de valor allí, es necio sólo por pensar eso, porque dejé mis amigos, dejé una casa, una familia que me necesitaba y a la que quizá podría haber apoyado más... debí haberme querido un poco más a mi misma y haber seguido los sabios consejos de mi madre (el que quiera algo de ti, que venga a buscarlo y que se lo gane)
la segunda: la gente nunca cambia, NUNCA... sólo evoluciona, como un pokemón... y eso ni siquiera significa que pueda ser a mejor, sino que casi siempre es a peor... cuando me engañó la primera vez, o mejor dicho, cuando tuvé las pruebas en mi mano todos aquellos mails, nombres, fotos, etc... debí comprender que soy incapaz de perdonar la traición (sí, ya se que es exagerado, pero para mi fue una traición)
la tercera: que existe la hipocresía personalizada, que hay gente mala, pero mala de verdad... no sólo en los culebrones y en las pelis de vaqueros, sino como dice mi mami pepi, en la vida real, y en cantidades espeluznantes... que hay gente que se mueve por el interés exclusivamente y que nuca debes esperar nada de ellos, por mucho que hayas hecho tú antes por ellos... y que hay gente con mal fondo, con el alma ennegrecida, que no piensa, sólo maquina cosas que puedan herir a los demás... podría hacer una lista enorme de gente que he conocido aquí en madrid y que podría englobar en una u otra categoría, incluso en ambas
eso si, en madrid gané unos buenos amigos que puedo contar con una mano, pero por los que daría la vida, y un montón de lecciones sobre la vida, de esas que se aprenden a bofetadas... y me llevo en mi regazo a un madrileñito que es lo único en este mundo que vale la pena, la única razón por la que luchar y vivir, que me hace sonreir cuando lo miro y cuando me abraza, sobre todo cuando las nubes no me dejan ver el sol
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